Nuestra familia, los Morel, ha sido amante del té y la fantasía desde siempre. Inventábamos historias para pasar el rato en el sofá de la sala o en excursiones por las montañas. Inventábamos juegos para explorar los muchos mundos que creábamos juntos. Y con el tiempo, nos pareció natural compartir esa alegría con los demás. Así nació Morelitea, no solo para ofrecer una buena taza de té, sino para compartir arte, historias y maravillas.

Creamos el mundo de Mycorzha para nuestros amantes del té, inspirados en nuestros valores familiares y años de aventuras compartidas. Pero Morelitea es mucho más que nuestras historias; se trata de historias de todas partes. Mycorzha da vida a los cuentos a través de relatos cortos inspirados en culturas del mundo real: polinesia, lakota, cajún, folclore irlandés y muchas más. Además de Mycorzha , colaboramos con autores independientes que han creado sus propios mundos increíbles, cada uno impregnado de ese mismo espíritu de calidez casera.

Juntos, te invitamos a explorar fan-tea-sy, un escape reconfortante lleno de juegos, arte y, lo más importante, una buena taza de té.

Morelitea trabaja con artistas, creadores y autores, así como con agricultores locales y proveedores estadounidenses siempre que es posible. Queremos enriquecernos no solo a nosotros mismos, sino también a las comunidades en las que vivimos y con las que compartimos nuestras pasiones. A continuación, se presentan algunas de las muchas otras organizaciones con las que colaboramos.

Donamos regularmente fondos de Morelitea al Proyecto Juvenil del Río Cheyenne, una organización sin fines de lucro que opera en la reserva de la que desciende nuestra familia. Iniciativas federales como las leyes de cuantía de sangre, los internados y la inmensa pobreza impuesta a los lakota nos separaron de nuestra cultura y herencia, a pesar de que aún enfrentamos las consecuencias generacionales de estos problemas. Encontrará muchos de los valores de nuestra familia y del pueblo lakota en las historias que contamos, y creemos que la mejor manera de honrarlos es enalteciendo el arte y a los niños que enfrentan estas mismas cicatrices generacionales.