Glinda pasa sus días inmersa en libros de no ficción, absorbiendo conocimiento y avivando el calor con su presencia. Sus dos pequeños, Hollín y Ceniza, siempre están a su lado. Estos curiosos y torpes exploradores duermen muchas siestas entre sus juguetonas aventuras, siempre regresando a la comodidad de la mirada atenta de su madre. Los colores de la familia —naranja y negro—, combinados con el amor de Glinda por el calor, le recordaron al hongo Sombrero de Bruja e inspiraron esta mezcla de té ahumado.